En una interesante plática con Dos Puntos, el actual dirigente estatal del Partido Encuentro Social (PES) y diputado plurinominal nos habla de sus orígenes, sus pasiones, la relación con su familia y de lo que le ha significado ser hijo de un ex gobernador de Quintana Roo.
Es la segunda vez que Carlos Mario Villanueva Tenorio ocupa una oficina en el Boulevard Bahía, frente al rincón históricamente conocido entre los chetumaleños como Punta Estrella. El actual dirigente estatal del Partido Encuentro Social (PES) y diputado plurinominal recuerda que ahí jugaba cuando era niño, y este pensamiento nos lleva desde su infancia y la relación con sus padres, hasta sus retos personales y el gusto por la música de trova, en la amena charla que sostuvo con Dos Puntos.
Nacido dos años antes de la declaratoria de Quintana Roo como estado, recuerda su infancia en un tiempo en el que los niños convivían con otros seres humanos, no con máquinas. Habla de excursiones a Bacalar y campamentos con otros niños chetumaleños; de salir a correr bajo la lluvia y caminar de la escuela a la casa sin correr ningún riesgo. Memorias de una niñez que creció a la par de esta entidad caribeña.
Cuéntame, ¿cómo se forma Carlos Mario Villanueva Tenorio? ¿Cuáles son tus orígenes?
-Estudié la primaria y secundaria en Chetumal, en escuelas de gobierno. Ahí hice a mis mejores amigos de toda la vida, sigo teniendo buena relación. Luego yo me quería ir a la Marina y pasé todos mis exámenes, pero mi madre, como su papá fue marino, decide no dejarme ir y me manda a Mérida a estudiar la preparatoria.
“Después de un año de ir a la escuela, se da cuenta mi padre de que yo era un alumno extraordinario, porque me mandaban a todos los exámenes extraordinarios, y deciden regresarme a Chetumal. Yo quería trabajar, no estudiar, así que entro con un amigo que tenía unas bodegas y me toca empezar como cargador. Me tenían de siete de la mañana a siete de la noche cargando refrigeradores, televisiones, mercancía de la frontera. Ganaba cien pesos a la semana y no me alcanzaba. Fue una etapa difícil pero siempre me han gustado los retos. Estuve bastante tiempo ahí, luego me cambiaron de área y me mandaron a una maderería, donde aprendí mucho sobre las maderas de Quintana Roo. Seguí con los retos y estuve también de velador en una panadería, luego fui repartidor, subí a cajero, después intendente y logré ser casi gerente”.
“Para ese entonces, mi padre habla con otro amigo que le dijo que iba a mandar a su hijo a una escuela militarizada, en Front Royal, Virginia, en Estados Unidos. Agarraron a varios bien portados chetumaleños y nos mandaron juntos para allá. Fue una experiencia muy bonita, dos años en los que terminé la preparatoria, terminé mi curso de piloto privado, aparte de la enseñanza militar, que me permitió salir con rango de capitán”.
“De ahí me fui a la Ciudad de México a estudiar Derecho en La Salle, estuve hasta el séptimo semestre de ocho, porque mi padre ya era gobernador y me pidió que regresara a Chetumal para ser parte de la primera generación de la Universidad de Quintana Roo. Saqué mis documentos, me inscribí y tardaron casi dos años en revalidar mis estudios, que ya no los pude terminar porque vinieron los problemas de mi padre en materia política. Fue hasta 2004 cuando logré titularme en el Sistema Abierto de la Universidad de San Luis Potosí”.
Cuando habla de su familia, Carlos Mario se confiesa en un ámbito más personal. Revela que a pesar de que los últimos 16 años han sido tiempos difíciles para la familia Villanueva Tenorio por los problemas de su padre, la adversidad no ha hecho más que unirlos. En el pasado, incluso sus hermanos Luis Ernesto y Marisa vivían en ciudades diferentes, pero a raíz de los tiempos adversos, terminaron cerrando filas.
¿Cómo es tu relación con tu madre?
—Adoro a mi madre Isabel Tenorio Romero. Es una mujer extremadamente fuerte en su carácter de percibir la vida y también muy alegre. Antes había temas que no le podía platicar tal vez por pena, por ejemplo, no le hablaba de mis relaciones amorosas, era muy cohibido en ciertas maneras, pero ahora soy muy abierto con ella. Es una persona que admiro demasiado por la fortaleza que nos ha demostrado, por lo que le ha tocado vivir y que siempre ha sido un pilar en la familia.
“Mi madre llegó a Chetumal a vivir con su padre, mi abuelo Luis, conoció a mi padre en la secundaria “Alberto López Mateos”, se enamoraron, se hicieron novios, se casaron. Juntos vivieron situaciones muy difíciles, pero mi mamá siempre ha ayudado a mi padre para poder seguir adelante juntos, ella siempre estaba detrás. Por eso cuando tuve la oportunidad de proponer la creación de una medalla del mérito a la mujer —con el nombre de otra mujer que admiro mucho, María Cristina Sangri Aguilar—, abogué por que se le diera a mi madre, que se le reconociera porque siempre ha sido un ejemplo a seguir. Esa fue mi forma de hacerle ver lo importante que ha sido para mucha gente. Actualmente vive en Chetumal con mis hermanos y sus plantas.
Lo importante que es escuchar a los ciudadanos, trabajar para ellos
y en el camino ir haciendo grandes amigos
¿Cómo es ser hijo de Mario Villanueva Madrid? ¿Cómo es tu relación con tu padre?
—Dice él que yo siempre me lo “grilleaba” (risas). Cuando mi mamá me llegaba a castigar, iba a comprar una revista de Condorito, le hacía plática, le sacaba alguna risa y ya luego le pedía el permiso para salir que sabía mi madre no me iba a dar, así me lo “grilleaba”. Al principio fue difícil porque yo quería ser político y a mi padre no le gustaba la idea, porque él conocía esa vida y no quería que yo pasara por eso.
Para ilustrar la relación con su padre, Carlos Mario recuerda una anécdota de sus tiempos universitarios, cuando formó, junto con otros jóvenes de diferentes estados, la agrupación nacional Generación Revolucionaria, misma que lograron adherir al PRI. En seis meses, su popularidad llegó a tal grado que ya habían convencido a 26 de los 30 comités estatales para elegirlo como presidente del Frente Juvenil Revolucionario, contraviniendo los planes del presidente nacional del PRI, que proponía al entonces diputado federal Alejandro Guevara.
“Me mandan a llamar y también a mi papá, que ya era gobernador. Me preguntan que cómo es posible que estuviera candidateándome. Total que platica el presidente del PRI con mi padre, sale de su oficina, me lo topo de frente y me dice que tome la mejor decisión. Entonces el presidente me dice: ‘Va a ser Alejandro Guevara el presidente del Frente Juvenil, a ti te vamos a dar una plurinominal para que seas diputado federal’. Le digo que no, que voy a seguir mi campaña y me contesta: ‘Bueno, entonces hable con el gobernador que está allá afuera’. Salgo, y me dice mi papá: ‘Mira, como padre te tengo que decir que luches por lo que quieres, pero como gobernador, te voy a pedir que aceptes la diputación federal’. Al final terminé aceptando la cartera de Asuntos Internacionales del Frente Juvenil Revolucionario, me tuve que sumar a Alejandro Guevara y no me dieron la diputación. Bienvenido a la política”, concluye el relato.
¿Te ha pesado en algún momento ser el hijo de Mario Villanueva Madrid?
—Nunca. Siempre ha sido un honor y un orgullo ser su hijo. Eso sí, somos personas totalmente diferentes. Me han criticado que mi padre es mejor que yo y que yo no tengo las tablas para llegar a ser como él. Yo les digo que si llegara algún día a tener el cargo que tuvo mi papá, entonces sí que me comparen. Si yo llegara a ser gobernador, entonces sí, terminando la administración, la gente puede compararme como gobernador.
Antes de dar por concluida la entrevista, Carlos Mario toca el tema de la sensibilidad de los políticos con los problemas de la gente, de lo importante que es escuchar a los ciudadanos, trabajar para ellos y en el camino ir haciendo grandes amigos. Habla de esto último ejemplificando las oportunidades que le han dado las amistades que ha hecho en el ámbito musical, una de sus grandes pasiones.
Carlos Villanueva es un entusiasta de los deportes y la música.
“Me gusta cantar, toco la guitarra. Me relaja tocar la guitarra, lo hago cada que tengo oportunidad. Conocer a mucha gente me ha dado la oportunidad de cantar con Merenglass en una campaña política. He tenido algunas gratas experiencias”, concluye con una sonrisa.
TEXTO Gonzalo Ramos / FOTOS Agencias