Dr. Marco Ríos Facebook: @DrMarcoRios Instagram:@doctor.marcorios
Seguramente has escuchado sobre este tipo de dieta, revolucionaria, milagrosa, rica y con beneficios para la salud inimaginables. La dieta cetogénica o dieta “Keto” (por su traducción en inglés: Ketogenic Diet), se ha puesto de moda en los últimos años, pero, ¿qué tanto crees saber sobre ella?
En internet y en redes sociales abundan programas como Reto Keto, haz tu propia dieta Keto, calculadoras Keto, y más. Además, cada día surgen nuevos “expertos” en este tipo de alimentación. ¿Cómo saber a quién creerle? En éste artículo, ahondaré sobre los mitos y realidades sobre la famosa dieta cetogénica para que la hagas de la manera correcta y no caigas con charlatanes.
Desde los años 1920’s, la dieta cetogénica surge como inicio terapéutico para pacientes infantiles con crisis epilépticas. Sin verlo como estrategia nutricional para manejo de sobrepeso, se mantuvo al ver los excelentes resultados que se alcanzaban, hasta que entraron medicamentos anti convulsivos y se descontinuó.
En los últimos 10 años, ha ganado popularidad para el control de peso.
Desafortunadamente, se ha manipulado con marketing para vender productos relacionados con el estilo “Keto” y así manipular a las masas para hacerlos dependientes de ellos como una vía milagrosa para bajar de peso.
Cabe destacar que la dieta cetogénica, NO es una dieta alta en grasas. Para poder obtener sus beneficios (el uso de cuerpos cetónicos como combustible), simplemente hay que mantener una ingesta de hidratos de carbono muy baja (entre 30-50 gr al día).
Así, el cuerpo automáticamente y sin necesidad de ayudas externas, empezará a utilizar las cetonas como combustible. Éste tipo de energía, ha demostrado ser altamente eficiente para mantener nuestras funciones cognitivas, actividades laborales y ejercicio tanto aeróbico como anaeróbico (de fuerza).
Sin embargo, se ha llevado a creer que uno puede tener toda la ingesta de calorías en forma de grasa o en forma de productos “Keto friendly” y aún así bajar de peso. Esto es una falacia absoluta desde un punto de vista de ley de física. Uno no puede bajar de peso, si ingiere más calorías de las que “quema”.
Aquí radica la importancia de asistir con un especialista en nutrición para que nos asesore cuántas calorías debemos consumir dependiendo de nuestra meta. Así mismo, no solo es importante el cálculo de macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos), sino también de micronutrientes (como electrolitos, minerales, vitaminas), y éstos solo los podrá valorar el profesional de la salud con dicho expertise.
La dieta Keto ha demostrado ser altamente benéfica para la salud, incluso como estrategia nutricional a corto y largo plazo para combatir obesidad, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, trastornos depresivos, colon irritable, ovario poliquístico, inclusive en pacientes con distintos tipos de cáncer, Alzheimer, Parkinson, y más todavía en estudio.
Siempre me gusta recalcar que no existe el hacer una dieta Keto sucia o limpia (Dirty or Clean Keto), ya que se puede usar un número muy diverso de elementos nutricionales mientras estén correctamente calculados en las necesidades del individuo.
Al final del día, este tipo de estrategia es excelente con estudios que lo avalan bioquímica y médicamente, pero no es el hilo negro. Con disciplina y encontrando la herramienta adecuada para cada paciente, cualquier protocolo de alimentación, llevado de la mano de expertos, te llevara a alcanzar tus metas.
Consultas: Avenida Nichupté, MZ 2, int 116, SM19. Plaza Atrium. Cancun, Quintana Roo, México.