Joel Montero demuestra que los sueños se cumplen

Desde muy pequeño supo que su vida era la música sin saber que esta lo llevaría a triunfar en otros continentes poniendo en alto el nombre de México y del estado de Quintana Roo.

Texto: Jocelyn Díaz/Fotos: Carlos Aranda y cortesía Joel Montero

A punto de estrenar su papel protagónico número 30 el tenor Joel Montero, chetumaleño de nacimiento pero adoptado por el mundo comparte con la revista Dos Puntos cómo fueron sus inicios y cómo es que con disciplina, perseverancia, pasión y trabajo los sueños se vuelven realidad.

 

¿Cómo fue tu acercamiento a la música?

“Desde muy niño, como a los 8 a 9 años era yo monaguillo en una parroquia de Chetumal y un sacerdote que acababa de entrar se dio cuenta que no había coro de niños y nosotros comenzamos a armar uno, fue ahí cuando empecé a aprender un poco de órgano, de guitarra, a cantar y de ahí me gustó mucho la música y tocar un instrumento. En la secundaria me integré al coro instrumental y empecé a tocar marimba, acordeón, guitarra y muchos instrumentos más, durante ese tiempo se abrió la primera escuela de música en Chetumal y soy de la primera generación en Educación Musical”.

Una invitación, lo hizo descubrir su amor por la música

“En el gobierno de Miguel Borge Martín, por ahí del año 91 o 92, con ese coro instrumental tocamos en una reunión entre Japón y Quintana Roo, en Cancún, Japón preguntó al gobernador si teníamos una orquesta sinfónica y el gobernador le dijo que no, que Quintana Roo era virgen en todos los aspectos y el turismo no era tan fuerte como hoy. Posteriormente Japón donó una serie de instrumentos para sinfónica, violines, contrabajos, chelos, percusiones, instrumentos de aliento y todo, gracias al gobernador Miguel Borge se hizo la primera filarmónica de Quintana Roo de esos años, afortunadamente yo era de los más destacados de Chetumal porque tocaba varios instrumentos, entonces el director de la orquesta, Benjamín Juárez de Echenique me invitó a tocar “Suéñame Quintana Roo” con la orquesta, ahí fue donde me enamoré, nunca había escuchado una Orquesta Sinfónica y un coro en el cual también cantaba, dije -yo me quedo en la música y quiero ser director de orquesta-, porque no tenía bien claro a donde ir, pero fue la música un primordial para mí”.

Su salto al circuito internacional

“Después de mi época en Quintana Roo, una vez que decidí dedicarme a la música, después del bachillerato, me fui a estudiar a la Ciudad de México en la escuela de perfeccionamiento Ollín Yoliztli, ahí empecé a estudiar dirección de orquesta y violín y en una de las clases me tocó dirigir la obra Tosca de Puccini, la escuela contrató a una soprano y un tenor, pero ese día el tenor no llegó y el pianista que estaba acompañando la clase me dijo que yo lo cantara, para salvar la clase empecé a dirigir y cantar y gracias a ese pianista llegué con el maestro Gerardo Rábago, una eminencia con los coros sinfónicos y de cámara, me escuchó y me ofreció cantar en una gira con ellos.

Me fui a Moscú, y a Grecia a un concurso internacional de coros, donde ganamos el segundo lugar a nivel internacional y ahí abrí los ojos al mundo, me di cuenta que no sólo era México, que había muchos lugares por conocer.

Llegando de la gira me integré de nuevo a mi trabajo como integrante del coro sinfónico, del coro de cámara y de un octeto profesional de canto, pero no era solista, era director del coro monumental de niños de Iztapalapa, que tuvieron su participación en el Auditorio Nacional con Carmina Burana y en eso llega un tenor mexicano que andaba en Salzburgo, Austria y me contó que la escuela es impresionante, que había un cantante alemán a quien le gustaban mucho las voces mexicanas, así que hice todo lo necesario para recolectar dinero, hice la producción de un disco casero, el gobierno de Quintana Roo me ayudó comprando esos ejemplares y con ese dinero me fui a Austria a presentar mi examen de admisión a la Universidad del Mozarteum, allá donde nació Mozart, es una de las mejores universidades de música, me aceptó el maestro y poco después me fui a unos concursos en Andorra y otro en Rumanía, de ahí fueron cayendo los contratos como solista; en el 2000 ya tenía mi primer contrato en el Teatro de Salzburgo en Austria”.

Cada año Joel fue cambiando de óperas y desde 2002 debutando en papeles importantes, hoy en día a 20 años de trayectoria acaba de estrenar el número 30 como protagonista; sin embargo, él considera que su voz no es privilegiada, sino resultado de mucho trabajo y disciplina.

“Yo no me considero ni genio ni talentoso, simplemente soy parte de un gran trabajo, no considero que mi voz sea ni siquiera bella, es más bien una técnica que he adquirido con los años que me permite cantar todos esos papeles impresionantes de la ópera, si dejo de cantar por vacaciones o por enfermedad tengo que hacer un duro entrenamiento para regresar a mi nivel, tengo que entrenar de nuevo las cuerdas vocales, esa es parte de mi historia, no soy una persona elegida, sino alguien que trabaja mucho para lograr las cosas”.

“Yo no me considero ni genio ni talentoso….no soy una persona elegida, sino alguien que trabaja mucho para lograr las cosas”

Uno de sus primeras pruebas fuertes en la vida fue separarse de su familia para triunfar en otro país…

“Fue muy difícil, mis papás, mis hermanos, mi familia, sí lo sintieron mucho pero creo que ya tenían, aunque nadie había hecho lo mismo, nadie había ido a estudiar a otro país, fue un shock para ellos, pero notaban ese deseo ardiente que tenía sobre la música y mis sueños y no les quedó más que aceptar y eso es parte del precio que uno tiene que pagar para lograr algo.

Es difícil porque he vivido cerca de muchos mexicanos en mis estudios en Salzburgo, quienes trataban de triunfar y la nostalgia de la familia, los amigos, la comida, la mentalidad, el idioma, los llevaba a regresar al país y olvidar esa intención que tenían por triunfar.

Hasta ahora me duele no ver a mi familia, no poder ir las navidades, Pascua, mi familia de aquí de Europa, de Lucerna, mi hija tiene que quedarse algunas veces sola en lo que yo ando de gira; mi mujer falleció hace un año, teníamos 16 años de casados y con ella era cosa de regresar luego de un mes, pero cuando haces equipo eso no importa, ella era cantante de ópera y sabía bien lo que yo estaba pasando, pero la vida sigue y el precio hay que pagarlo en esta y en todas las carreras”.

Otro doloroso suceso en la vida de Montero fue la pérdida de su esposa, luego de 16 años de matrimonio y una conmovedora historia de amor detrás…

“Fue en la escuela de Salzburgo, en el Mozarteum en donde encontré a María, ella venía de Rumania, fue soprano, estaba en ese entonces estudiando, fue amor a primera vista, yo estaba cantando en los ensayos, un amigo la invitó a ver los ensayos y ahí nos conocimos, rápidamente comenzamos a salir y en 2002 nos casamos, en 2003 nació nuestra hija Marienne y de ahí estuvimos 16 años juntos, ella trabajando en algunos teatros, pero mayormente apoyando mi carrera.

Joel Montero junto a su familia. Fue amor a primera vista dice al referirse a su esposa María.

Así la música unió a dos mundos muy diferentes, a dos países extraños: México y Rumania, se encontraron en Salzburgo y luego nos vinimos a vivir a Suiza porque ella recibió un contrato fijo en el teatro de la Opera de Lucerna y aquí hicimos nuestra casa, de aquí viajo y me muevo hacia el mundo.

De un cáncer se nos enfermó en el 2015 y el 21 de junio de 2018 se fue de aquí y dejó de sufrir. Lamentablemente es una situación indescriptible, es un dolor inmenso que no se puede describir y más cuando has tenido una vida con esa persona, pero viéndolo de otra manera fue una liberación para ella por la enfermedad; sin embargo, la fuerza que tengo ahora es por mi hija, nos hemos encaminado a proyectos, a su escuela y muchas cosas que te quitan esa visión de lo que pasó y realmente es lo que nos ayuda, trabajar en equipo, estar activos. La mejor medicina para salir de una depresión es mirar al futuro y es lo que estamos haciendo”.

Luego del trago amargo, su hija lo llevó a seguir adelante y continuar con su vida…

“Sí tuve que cancelar muchas cosas, tuve que concentrarme en lo que estaba sucediendo, pero afortunadamente después de casi medio año pude retomar mi trabajo, conciertos y pude empezar muchos proyectos en los que me ocupo, uno de ellos es en Quintana Roo con la Fundación Maya Classics, somos el patronato de la Sinfónica de Quintana Roo y procuramos hacer conciertos por el estado, nuestra meta es consolidar la orquesta como una institución, que tenga plazas permanentes para los músicos, crear algún vínculo con el gobierno para que funcione como lo hace la Filarmónica de la Ciudad de México, la Sinfónica de Yucatán, pues en estos momentos no podemos pagar salarios fijos, estamos por proyecto, pero esa es nuestra meta, hacer que esto suceda y sea un referente en la cultura en QRoo”.

“Nuestra meta con la Fundación Maya Classics es consolidar la orquesta como una institución, que tenga plazas permanentes para los músicos”.

Próximos proyectos

“Sigo con mi carrera profesional, acabo de estrenar un papel en la ópera Madame Butterfly de Puccini que es mi papel protagónico número 30.

Tengo una empresa aquí en Suiza que se llama International Maya Classics, con la que organizo conciertos en las mejores salas del mundo y el próximo año debutamos aquí en la sala de conciertos más prestigiada de Suiza, haremos una gala operística y la producción de Otelo de Verdi y así vamos, con proyectos.

Voy a debutar en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México con un magno concierto y seguiré trabajando con mi Fundación, en eso estamos y es lo que me mantiene con miras positivas hacia el futuro.

Nos quedamos aquí en Suiza, es un país que funciona muy bien, hay universidades impresionantes para que mi hija forme su futuro, ella canta hermoso, pero estudiará leyes, y bueno, yo siempre con un pie en Quintana Roo y en México y siempre viajando porque no puedo evitar lo que la sangre llama, la familia y los proyectos.

También estoy en pláticas con el oficial mayor Manuel Alamilla para regresar a Chetumal con un concierto navideño con la orquesta sinfónica y los coros, estoy muy contento por regresar”.