“No me considero una persona política, soy una política social
Gabriela Angulo, lleva el valor de la solidaridad como parte de su ADN, su abuelo guarda faro dejó el ejemplo a la familia, sino la misión, de ser una luz encendida en la vida de las personas que más lo necesitan y esa fue la regla que marcó el camino en la vida de la diputada cozumeleña, contadora de profesión y presidenta de la comisión de turismo en el congreso del Estado de Quintana Roo.
¿Tú naciste en la Isla de Cozumel?
-Yo nací aquí, mi familia es una de las primeras familias que pobló la Isla de Cozumel, desde mis tatarabuelos que llegaron huyendo de la guerra de castas de Yucatán.
¿Cómo fue su infancia?
-Fue maravillosa, fue una infancia muy sana, en todos los patios de las casas había árboles frutales comíamos frutas de temporada: tamarindos, mandarinas, naranjas, ciruelas, guanábanas, guayabas, anonas y la teníamos a la mano. No había agua potable, consumíamos el agua de lluvia hervida. Fue una infancia muy bonita, muy feliz. Yo tengo un hermano un año mayor que yo y jugábamos con los primos siempre. Tengo una familia muy grande y muy unida por parte de mi mamá.
¿Cómo surge esta vocación por la gestión social?
-Yo creo que a eso lo traes. Soy descendiente de guarda faros, mi abuelo materno era guarda faro el fundó un faro que se llama Punta Herrero cerca de Mahahual. Allá estuvo mi familia durante 40 años, allí crecieron mis tías, mi mamá. Mi abuelita era la maestra de todos los ranchos vecinos de ese faro, ella enseñaba a los niños a leer, a escribir y las operaciones básicas.
La diputada presidenta de la comisión de turismo rememora la historia familiar con mucho orgullo y cuenta que su abuelo era un hombre de gran corazón; “en aquel entonces, estamos hablando de la segunda guerra mundial, recibían indicaciones del gobierno de apagar los faros, pero mi abuelo con un poco de diésel que guardaba solía prender una mecha y cuando encallaban los barcos él los recibía, norteamericanos y alemanes recalaban allá en sus balsas.
Mi abuelo de los víveres que a él le tocaba como guarda faros, siempre compartía cuando iban de los ranchos vecinos a pedir. Yo creo que desde ahí viene esa enseñanza. A veces se quedaban sin agua, y mi abuelo tenía en el faro grandes aljibes para reciclar el agua de lluvia y de ahí les convidaban agua a los que venían a buscar en tinacos en sus lanchitas. Toda esa cultura se va traspasando de abuelos a padres e hijos.
¿Qué tan importante es la sensibilidad en la vida política?
-Yo creo que para ser un buen político tienes que tener sensibilidad. Yo no me considero una persona política, soy una política social, siempre mi inquietud fue ayudar al pueblo, crecí con esa escuela de mis antepasados.
¿Alguna barrera que hayas tenido que vencer siendo mujer?
-Yo soy de una generación de mujeres en mi familia que rompió el esquema. Soy la primera mujer que se va a Mérida a estudiar una carrera, en contra de muchos de la familia, pero con el apoyo de mis padres. En aquel entonces mi padre se dedicaba a los servicios turísticos y con mucho sacrificio me costearon una carrera en Mérida, soy contadora pública.
Ya que termino la carrera me regreso a Cozumel, y comienzo a desarrollarme en diferentes empresas privadas como contadora, pero llega una etapa de tu vida, que ya viajas y te realizas como profesionista, y te da la inquietud de que tienes que devolverle a la vida, a la sociedad, parte de lo que tú has recibido, esa es mi forma de pensar.
Y ahí comenzó tu labor social…
-Desde niña yo colaboré mucho en las iglesias, en kermeses, y distintas actividades, soy de religión católica, muy creyente, creo mucho en Dios.
Después de realizarme de muchas formas, comencé a trabajar en gobierno, estuve dos años en un centro de rehabilitación de Cozumel, y atendimos a muchas personas, administramos muy bien la institución, lo dotamos de equipo nuevo, y arreglamos los que no servían, atendimos a un grupo muy elevado de gente, se le dio mucha vida al centro, programas que hasta hoy funcionan.
Por ejemplo, entonces no contábamos con recursos para tener un doctor en rehabilitación física, que es la parte fundamental, un médico que supervise las terapias. Fui al teletón toqué las puertas y muy amablemente el Doctor Fabio Latorre se comprometió a venir una vez por mes. Hicimos un programa de consultas a muy bajo costo atendiendo hasta 30 pacientes por visita. Estoy muy satisfecha porque hasta el día de hoy, después de 9 años, el doctor sigue viniendo, eso quiere decir que estamos ayudando a muchas personas en la Isla y que estamos trascendiendo.
Mujer con carácter
La contadora de profesión y amante de las plantas, se define como una mujer de carácter y cuenta que una de las gestiones que más satisfacción le dio fue que Cozumel tenga un CRIM.
“Yo quería hacer un tanque terapéutico para el antiguo CRIM para los adultos mayores que tenían muchos problemas de las rodillas, ese tanque le ayuda a hacer mejor los ejercicios en el agua. En aquel momento el gobernador Félix Gonzales Canto me dijo que políticamente no le era redituable construir algo en un lugar que ya existía y que ya funcionaba. Pero insistí y le propuse entonces hacer un nuevo CRIM, le puse los números de la gente que habíamos atendido durante un año y medio sobre la mesa y no le quedó más remedio que decir: adelante. Inmediatamente alzó el teléfono y pidió un terreno sobre la avenida Félix Gonzales Canto, donde hoy por hoy hay un nuevo CRIM y lo hizo de acuerdo a las características que le pedí, es el único en el estado que tiene un parque de niños, para discapacitados, estacionamiento y el centro junto, y tiene su tanque terapéutico. Me da mucha satisfacción, ayer hice una visita y está funcionando súper bien y hay niños para ese y para el otro y tenemos necesidad todavía. Son las huellas que vas dejando y la satisfacción de saber que sí se pueden hacer las cosas.
Estar para la gente
“Siempre hay que ponerse en los zapatos de los demás,
eso es algo muy importante que ningún político debe olvidar”
Hoy por hoy, es sábado y puede ser domingo, pero tenemos que atender a la gente. A veces la gente no te pide nada, solamente quiere un consejo, quiere que los escuches y ese acercamiento no lo debemos de perder, es muy importante, a veces por el trabajo se complica pero no hay que dejar de hacerlo. Es algo fundamental, es una regla que tenemos que seguir.
¿Qué es lo que disfrutas más allá del trabajo?
-Me gusta hacer ejercicio, aunque últimamente por la cuestión del trabajo y de los viajes no he podido hacer mucho, me gusta hacer el jardín, me gustan las flores. Amo la jardinería y le dedico todo el tiempo que puedo.
¿Cuál es tu lugar favorito de la Isla?
-Mi lugar favorito es el mar, caminar cerca de casa por las mañanas cuando los tiempos lo permiten. Los pájaros a esa hora dan un sonido muy bonito. Ver a los pescadores pasar en sus lanchas a ganarse el pan de cada día es algo muy especial.
¿Gabriela, cómo te describirías?
“Soy una mujer con un carácter fuerte, pero también, con un gran corazón. Soy muy sentimental; sufro mucho cuando hay una persona desesperada”. Hace una pausa para luego continuar: “ahorita me ves así, porque acabo de atender a un señor que viene desesperado, y me da sentimiento porque para ellos es un problema muy grande y gracias a Dios hoy yo estoy en una posición que con alzar el teléfono se lo puedo resolver. Si no hubiera estado yo ahorita donde estoy, me hubiera frustrado igual que él y me pasa mucho eso. Qué bueno que lo pude haber resuelto, eso es lo importante. Todas esas satisfacciones es lo que alimenta a Gabriela, la mujer, cada día”.
Estamos ayudando a muchas personas en la Isla
y estamos trascendiendo